PREVENCIÓN PARA EL MALTRATO INFANTIL
Puedes tomar medidas
importantes para proteger a tu hijo de la explotación y el maltrato, al igual
que para prevenir el maltrato infantil en tu vecindario o en tu comunidad. El
objetivo es ofrecerles a los niños relaciones estables, seguras y afectuosas.
Puedes ayudar a
mantener a los niños a salvo de la siguiente manera:
Bríndale amor y
atención a tu hijo. Cuida y escucha a tu hijo e involúcrate en su vida para
fomentar la confianza y la buena comunicación. Alienta a tu hijo a que te
cuente si tiene un problema. Un entorno familiar y una red social de contención
pueden ayudar a mejorar los sentimientos de autovaloración y autoestima de tu
hijo.
No respondas con
enojo. Si te sientes abrumado o fuera de control, haz una pausa. No descargues
tu enojo sobre tu hijo. Habla con el proveedor de atención médica o con un
terapeuta sobre las formas de aprender a enfrentar el estrés e interactuar
mejor con tu hijo.
Supervisa a tu hijo.
No dejes a tu hijo solo en casa. Cuando estés en lugares públicos, no lo
pierdas de vista. Ofrécete como voluntario en la escuela y en distintas
actividades para conocer a los adultos que pasan tiempo con tu hijo. Cuando
tenga edad suficiente para salir sin supervisión, recomiéndale mantener
distancia de los extraños y a pasar el tiempo con amigos en vez de solo. Dile
que debe informarte dónde se encuentra en todo momento. Averigua quién estará a
cargo de la supervisión de tu hijo, por ejemplo, cuando se queda a dormir en
casa de amigos.
Conoce a las personas
encargadas del cuidado de tu hijo. Pide referencias sobre las niñeras y otras
personas encargadas del cuidado. Haz visitas imprevistas, frecuentes y sin
anunciar, para observar qué está sucediendo. No aceptes sustitutos de la persona
que habitualmente es responsable del cuidado de tu hijo si no conoces al
reemplazante.
Prioriza cuándo decir
que no. Asegúrate de que tu hijo comprenda que no tiene por qué hacer nada que
le resulte incómodo o atemorizante. Aliéntalo a tomar distancia inmediatamente
de las situaciones amenazantes o atemorizantes y a buscar la ayuda de un adulto
de confianza. Si algo sucede, alienta a tu hijo a que lo hable contigo o con
otro adulto de confianza. Asegúrale a tu hijo que está bien hablar y que no se
meterá en problemas.
Enséñale a tu hijo a
mantenerse a salvo cuando está conectado a Internet. Ubica la computadora en un
sector común de tu hogar en vez de hacerlo en el dormitorio de tu hijo. Utiliza
los controles parentales para restringir la clase de sitios web que tu hijo
puede visitar. Revisa su configuración de privacidad en las redes sociales.
Considera una señal de alerta el hecho de que tu hijo quiera mantener en
secreto sus actividades en línea.
Establece reglas
básicas para navegar por Internet, como no compartir información personal, no
responder a mensajes inapropiados, hirientes o atemorizantes y no concertar
encuentros para conocer en persona a un contacto virtual sin tu autorización.
Pídele a tu hijo que te cuente si un desconocido lo contacta por medio de una
red social. Denuncia las situaciones de acoso en línea o a los remitentes
inapropiados ante el proveedor del servicio y las autoridades locales, de ser
necesario.
Es muy importante brindarles todo el amor, la confianza, hablarles desde el respeto, y darles todas las pautas buenas de crianza para que crezcan en un ambiente sano y con valores
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